25 AÑOS, CHICAS Y CHICOS EN UNA DEMOCRACIA JOVEN
Este año se cumplen 25 años desde que recuperamos la democracia.
Tenemos democracia porque muchas personas lucharon y murieron para tenerla. La mayoría de esas personas eran jóvenes. Jóvenes estudiantes. Jóvenes trabajadores. Jóvenes que defendían nuestros derechos.
A ellos también los llamaron peligrosos. Querían hacer un país más justo.
Algunas cosas no cambiaron, a los pibes de nuestros barrios, ninguneados, invisibles, sin voz, se los desaparece todos los días y nadie los ve.
¿Con qué cosas nos sentimos más seguros: un policía en la esquina? ¿un arma? ¿más vigilancia? ¿rejas? O con tener un trabajo digno y estable, o con conocer al que vive en nuestro barrio, tener un lugar para llegar después del trabajo donde poder descansar, comer todos los días, el poder ir a la escuela, el sentirse acompañado, el poder ir a un hospital y que te atiendan bien...
Estas cosas que a muchos nos hacen sentir seguros, orgullosos, incluidos en una sociedad y que nos ayudan a proyectar nuestra vida, la mayoría de los jóvenes del Conurbano Bonaerense no las tienen. ¿Realmente los chicos son el problema de la inseguridad? ¿Realmente pensamos que con más mano dura o con meter a los pibes presos se resuelve el tema? ¿Qué país hicimos que creemos que los pibes pobres son peligrosos y que encerrarlos es la solución?
Peligroso es estar mal alimentado. Peligroso es no tener un escuela para estudiar y que no nos sirva para aprender. Peligroso es no tener un trabajo o tener uno tan indigno que no nos haga sentir orgullosos de trabajar.
Cuando el Estado responde a una problemática social con una determinada política para darle solución, en realidad está eligiendo entre diversas opciones de solución.
Queremos un Estado más presente, pero no con mano dura o escondiendo en institutos de menores los problemas sociales, queremos un Estado y una sociedad que se hagan cargo, que afronten el problema. Queremos más educación, más acceso a la salud, a la justicia, a una vivienda y trabajo digno, a poder comer todos los días, en resumidas cuentas, queremos justicia social. Creemos que la seguridad es una consecuencia de esto.
Por eso decidimos, pensamos, exigimos a las autoridades: No somos peligrosos, estamo en peligro.
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