miércoles, 30 de junio de 2010

De qué hablamos cuándo hablamos de género?

Para comenzar a definir qué es el GENERO o de qué hablamos cuando promovemos una perspectiva de género, es importante pensar este concepto en comparación con el concepto de SEXO, pero no pensándolo como la práctica sexual (la genitalidad), sino como categoría diferenciadora de la especie humana (y no únicamente humana), el sexo es un conjunto de características BIOLOGICAS, es decir que vienen determinadas por la naturaleza, que definen la conformación corporal de las personas a partir de diferenciaciones que se dan en nuestra naturaleza, como pueden ser los órganos genitales, la estructura corporal, características físicas como la barba o el tono de voz, etc. El sexo entonces define nuestra corporalidad en macho o hembra, como condicionamientos biológicos.

Sin embargo sobre esos cuerpos y esas características genitales, las personas y las sociedades en general construimos significados, si tiene pene (macho) hablamos de un nene, que es una interpretación de esa biología y de ese momento de la vida porque le ponemos “nene” y no “hombre”, es decir socialmente interpretamos que es pequeño y le regalamos ropa celeste, autitos, pelota etc., porque son las cosas que entendemos que le interesan a los varones y como este nene va a ser un “hombre”, suponemos que se va a interesar en ese tipo de cosas y en ese supuesto lo que estamos haciendo en realidad es condicionando a ese “nene”, educándolo, enseñándole que cosas que debe hacer él que es un “nene”, como jugar a la pelota, a los autitos y usar ropa celeste. Con las mujeres pasa lo mismo, les enseñamos cómo vestirse, a qué jugar, en qué cosas interesarse, etc.

Ese conjunto de interpretaciones sociales sobre los cuerpos femeninos o masculinos es lo que llamamos GENERO, por esta razón el género es un fenómeno social que muestra las relaciones que existen entre varones y mujeres en una sociedad, construyendo valores diferentes para los varones y para las mujeres.

A los varones, entonces, les enseñamos a jugar a la pelota para que puedan distenderse, recrearse y divertirse o les regalamos autitos para que puedan irse y volver libremente, a las mujeres en cambio les regalamos muñecos para que aprendan a ser madres y a cuidar de los hijos, les reglamos cocinas y planchas para que aprendan a hacer las tareas domésticas y se queden en la casa esperando a los varones que se van y vienen. Cuando alguien no cumple con estas “enseñanzas”, nos parece “raro”, nos sorprende, porque la sociedad naturaliza estas “enseñanzas”, entonces no se da cuenta que son sociales, se olvida y las usa como si fuesen naturales, como si fuese algo que viene determinado por la naturaleza, externo a las personas y que por lo tanto no podemos cambiar, pero lo cierto es que esas “enseñanzas” se pueden cambiar porque las construimos nosotras y nosotros.

Si pensamos que en la sociedad las mujeres son madres y los varones padres una pregunta fácil es ¿por qué a los varones no les regalan muñecos para que aprendan a cuidar a sus hijos/as? y es en esas preguntas en las que aparecen las “relaciones de poder” que se ponen en juego en las interpretaciones sociales que se hacen del género. Los hombres tienen más autonomía, se les enseña a ser así y a las mujeres se les enseña a atender a sus familias y a ser más dependientes, esto provoca que muchas veces esta rigidez en las “enseñanzas”, en los “mandatos” generen mucha presión en las personas, que se sienten sometidas a hacer cosas que no desean hacer, como los varones que no les interesa jugar a la pelota, ni el deporte o las mujeres que no les interesa ser madres, es entonces cuando hablar de perspectiva de género tiene una importancia central, porque lo que permite es pensar en reconstruir estas interpretaciones de los cuerpos de manera igualitaria e inclusiva que permita a las personas ser más libres y tomar decisiones con menos condicionamientos, como puede ser la decisión de tener o no hijos, o las elecciones profesionales (una mujer mecánica por ejemplo), etc.

La perspectiva de género invita a la sociedad a pensar en los roles que cumplimos varones y mujeres y promover una organización social igualitaria en todos los ámbitos, enseñando valores que no diferencien a las mujeres de los varones sino que los integren como personas que tienen los mismos derechos.

1 comentario:

  1. La verdad muy este ... es excelente dice la posdta y sin vueltas

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